El pasado suele ridiculizarse porque todo lo que vale la pena, se supone, esta en el futuro. Una encuesta reciente, hecha por una revista especializada en informatica muestra y demuestra a quienes aun no lo creen que, para la gente relativamente joven del mundo -un mercado que va desde los 10 a los 40 años- lo que importa es con que nuevo "juguete" los sorprendera el mundo.
No esta demas decir que esta generacion tan variopinta vive la mayor parte del tiempo pendiente de lo que la tecnologia puede hacer por ellos por eso hacen que cada nuevo invento ingrese en su sistema de manera inmediata: fueron los primeros en tener cuenta en facebook, en twittear y en comprarse la nueva maquina de juego playstation 3.
Lo peor no son las personas mayores de veinte que tienen la capacidad para decidir sino los niños que, influenciados por su medio ambiente, sienten que, de no estar conectados unas ocho horas al dia se quedan fuera de lo que es actual, pasan a ser marginales al sistema. Estos niños, por supuesto, no conocen las simples alegrias de comprar naranjas valencianas.
Estos niños no saben lo que es un el sabor de una verdadera naranja porque no las han probado. Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada.
La razon esta en la gran cantidad de productos quimicos que le ponen las empresas para hacerlas mas vistosas pero no mejores. Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron comercializar sus propios productos naranjas tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; naranjas de Valencia similares a las narradas por Bradbury solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Si quiere comprar naranjas valencianas solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores.

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