Según los registros históricos, Ibiza fue fundada por los fenicios en el año 654 con el nombre de Iboshim. Su desarrollo fue, considerando la época, importante, ya que contaba con una acrópolis y una zona portuaria que le permitia generar un considerable comercio.
Su éxitosa actividad comercial le permitió, en un determinado momento, contar con entre cuatro mil y cinco mil habitantes. Aunque aliados con Cartago, cuando esta fue destruida por las tropas romanas -esparciendo, según las leyendas, sal sobre la tierra para que nada volviera a crecer allí, ni su recuerdo-, los habitantes de Iboshim no tuvieron problemas en convertirse en una ciudad satelite de Roma.
En el año 70, Vespasiano la convirtió en municipio romano, imponiendole el nombre de Municipus Flavius Ebusitanum, que, en lengua popular, quedaba resumido en Ebusus. Tras la caida del imperio romano, quedo en manos árabes.
El 8 de agosto de 1235, finalmente, la ciudad fue conquistada por las tropas de Jaime I, rey de Aragón. Como sucedió con otras ciudades árabes conquistadas, los nuevos dueños de Ibiza intentaron borrar el pasado musulmán destruyendo sus edificios más caracteristicos.
Así, derumbaron la mezquita árabe de Ibiza y construyeron allí una catedral que todavía puede observarse además de multitud de iglesias como las de Santa Eulalia, Sant Miquel y Sant Jordi.
Carlos III finalmente le dio a Ibiza el título de ciudad en 1782.
Desde mediados del siglo XX, Ibiza disfrutó de una particular posición como destino turístico frecuentado por el jet-set y personajes famosos del cine, la música y la literatura que le dio ese aura particular que hasta hoy pervive y tan atractiva la hace.
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