Cuando nos visitan en nuestro hogar nos sentimos, en lineas generales, alegres, porque a todos nos hace bien que nos vengan a ver, podemos decir que, cuando nos vienen a ver, nos dan un palmada en el hombro, diciendonos: te aprecio, y quiero verte.
Por supuesto, hay visitas y visitas. Estan las visitas de amigos, que quieren vernos, que quieren charlar con nosotros, incluso que quieren comer con nosotros, y esta la visita de los parientes, que es otra clase de visitas.
¿Que queremos decir con esto? Que muchas veces cuando los parientes nos visitan nos visitan por un motivo mucho mas egoista de lo que nunca confesaran. ¿Cual es ese motivo? Simplemente ver cual es el estado de nuestra casa, ver como y donde vivimos.
Si, eso es. La intención de estos parientes, y nosotros lo sabemos muy bien, es inspeccionar cada centimetro de nuestro bello hogar. Lo interesante de esta situacion es el grado de fingimiento que ambas parten manejan: nosotros sabemos exactamente a que vinieron y ellos saben que sabemos a que vinieron pero, para mantener las formas, todos esbozamos sonrisas e intentamos adivinar el pensamiento del otro.
Lo unico positivo que puede sacarse de esto es que nos permite echar, a traves de los ojos de un tercero, una mirada completamente desapasionada hacia nuestro hogar, permitiendo darnos cuenta la gran cantidad de detalles que llevamos meses enteros -o tal vez años- sin corregir.
Por eso, una vez que se van los molestos parientes, usted debe llamar a Reforcam, una empresa que se dedica a la reformas en Madrid y cuenta como aval de su trabajo el testimonio satisfecho de centenares de clientes cuya vida cambio para siempre despues de llamarnos.
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